Adelgazar

Se han identificado diferentes genes que predisponen a la obesidad, pero esto no significa que toda obesidad esté influida por factores genéticos. En cuanto al papel del cerebro en la obesidad, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) y otras instituciones, ha identificado varios genes que afectan al control del apetito y la regulación calórica en el cerebro. Los genes, por lo tanto, pueden predisponer a un menor control cerebral sobre el apetito y la saciedad (se sentirá más hambre con la misma cantidad de calorías ingeridas que otra persona) o a ciertos desajustes metabólicos (por ejemplo la eliminación de las grasas) que provoquen que los alimentos ingeridos causen obesidad. Por eso algunas personas engordan comiendo lo mismo que otras y teniendo su mismo nivel de actividad física. Pero los resultados de estos estudios no significan que una persona con estas mutaciones genéticas no pueda hacer nada contra la obesidad, o que una dieta equilibrada y ejercicio no le ayude, sino simplemente que será una persona más predispuesta a ser obesa porque tendrá más dificultad para controlar su apetito y/o metabolizar correctamente los alimentos ingeridos. Así pues, ni toda obesidad es genética, ni toda persona con predisposición genética a la obesidad tiene por qué llegar a ser obesa.