Adelgazar

El ansia por seguir comiendo, incluso después de haber ingerido la cantidad normal de alimentos de una comida, puede ser indicativo de un trastorno de alimentación compulsiva o un trastorno por atracón, especialmente si los alimentos consumidos son carbohidratos o azúcares. Lo que se debe hacer en estos casos es acudir al médico y comentarle los síntomas. Un elevado porcentaje de las personas que buscan ayuda profesional para este tema consiguen superarlo. El tratamiento puede consistir en una terapia de conducta para que la persona aprenda a controlar la ansiedad y sus hábitos alimenticios, complementado a veces con medicamentos como antidepresivos o ansiolíticos. Si hay sobrepeso, también se establece un plan de adelgazamiento controlado por el médico.

 

Debes aprender a reconocer tu ansia por determinados alimentos. Antes de visualizarte comiendo esos alimentos por los que sientes ansia o de lanzarte a por ellos, intenta analizar cuál es la sensación que te queda cuando los has consumido otras veces (satisfacción, culpabilidad, agotamiento, etc). Así te harás una idea de si realmente estás haciendo caso a las necesidades de tu cuerpo o si comes por otra razón. Una vez hecho eso, plantéate un reto: espera 30 minutos desde que sientas ese ansia hasta volver a comer. Durante ese tiempo, haz algo que no esté relacionado con la alimentación: dar un paseo, llamar a alguien, ocuparte de un animal, etc. Algo activo y que te distraiga, más que quedarte en un sillón o mirando la televisión. Cuando pasen esos 30 minutos, satisface tus ansias, si sigues teniéndolas, pero hazlo poco a poco en pequeñas porciones. Intenta disfrutar lentamente de la sensación de lo que estás comiendo: olor, textura, sabor,... Paladea lo que estés comiendo, mastícalo bien, cada bocado. Al principio puede que no lo consigas y cedas a tus ansias antes de tiempo, pero inténtalo cada día. Con la práctica te irá resultando más fácil y podrás controlar tu ansia. Si lo intentas y no logras mejorar, acude al médico para que te aconseje.