Dieta mediterránea
De Adelgazar
La dieta mediterránea es un moderno modelo nutricional inspirado en los sistemas alimenticios tradicionales de algunos países de la cuenca del Mediterráneo (en particular Grecia y el Sur de Italia y España). Es común en las dietas tradicionales de estas regiones un consumo elevado de fruta y verduras, pan, trigo y otros cereales, aceite de oliva, pescado, y vino tinto. La dieta a menudo se considera como beneficiosa, por ser baja en grasas saturadas y rica en fibra alimenticia y grasas monoinsaturadas.
Aunque las primeras referencias a esta dieta provienen de 1945, cuando el doctor americano Ancel Keys, afincado en Salerno (Italia), la dio a conocer, no fue hasta 1990 cuando comenzó a tener un amplio reconocimiento. Está basada en una paradoja nutricional: a pesar de que la gente que vive en los países mediterráneos tiende a consumir cantidades relativamente altas de grasa, tienen un porcentaje muy inferior de enfermedades cardiovasculares con respecto a países como Estados Unidos donde se consumen niveles similares.
Una de las principales explicaciones para estos beneficios es la cantidad elevada de aceite de oliva que se usa en la dieta mediterránea. A diferencia de las grasas animales típicas de la dieta americana, el aceite de oliva disminuye los niveles de colesterol en la sangre. También se sabe que baja los niveles de azúcar en sangre y la tensión arterial. Las investigaciones indican que el aceite de oliva previene las úlceras pépticas y es eficaz en su tratamiento, además de ser un factor en la prevención del cáncer. Por otra parte, el consumo de vino tinto se considera otro factor beneficioso, ya que contiene flavonoides (polifenoles) con propiedades antioxidantes muy poderosas.
Los factores alimenticios pueden ser sólo una parte de las razones por las que la dieta mediterránea resulta beneficiosa para la salud en estas culturas. La genética, el estilo de vida (trabajo físico notablemente pesado), y el ambiente, también pueden estar implicados.
Existen dudas sobre si esta dieta proporciona las cantidades adecuadas de todos los nutrientes, en particular calcio y hierro. Sin embargo, las verduras, una fuente rica de calcio y hierro, también se usan en la dieta mediterránea, así como el queso de cabra, rico en calcio.
Se han realizado diferentes estudios para determinar los beneficios de la dieta mediterránea:
El Estudio de Siete Países encontró que los hombres de Creta tenían unos índices de mortalidad excepcionalmente bajos de enfermedad cardíaca, a pesar del moderado-alto consumo de grasa. La dieta cretense es similar a otras dietas mediterráneas tradicionales, consistiendo sobre todo en aceite de oliva, pan, fruta abundante y verduras, pescado, y una cantidad moderada de alimentos lácteos y vino.
El Estudio de Lyon sobre Dieta y Corazón intentó imitar la dieta cretense, pero adoptó un acercamiento pragmático. Conscientes de que algunas personas en el estudio (todos los que habían sobrevivido a un primer ataque cardíaco) estarían poco dispuestas a abandonar la mantequilla en favor del aceite de oliva, usaron una margarina basada en el aceite de rabina (canola). El cambio alimenticio también incluyó aumentos del 20% en fruta rica en vitamina C y pan, y una disminución en la carne roja y procesada. En esta dieta, la mortalidad de todas las causas se redujo en un 70%. Este estudio fue tan exitoso que el comité de ética decidió detenerlo prematuramente de modo que los resultados pudieran ser puestos a disposición del público inmediatamente.