Anfetaminas
De Adelgazar
Indicado para:
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Contraindicaciones:
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Efectos secundarios:
Cardiovasculares:
Oído, nariz y garganta:
Ojo:
Gastrointestinales:
Musculoesqueléticos:
Neurofarmacología:
Respiratorios:
Genitourinarios:
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Contenido |
Contraindicaciones de las anfetaminas
Los estimulantes como las anfetaminas elevan la tasa cardíaca y la tensión arterial, lo que los hace peligrosos para el uso en pacientes con enfermedad cardíaca o hipertensión. También son inadecuados para quien haya tenido dependencia de las drogas o anorexia. Las anfetaminas pueden causar la muerte en pacientes que toman antidepresivos IMAO. Tampoco son convenientes para pacientes con glaucoma.
Las anfetaminas pasan a la leche materna. A causa de esto, las madres que tomen medicaciones que contengan anfetaminas deben evitar amamantar durante el tratamiento.
Efectos físicos de las anfetaminas
Los efectos fisiológicos a corto plazo varían enormemente, según la dosis usada y el método por el que se tome el medicamento. A niveles terapéuticos, los efectos más comunes son disminución del apetito, y aumento de la resistencia y la energía física.
Los efectos del abuso o sobredosis pueden ser: temblores, agitación, cambio en los horarios de sueño, hiperhidrosis de ansiedad, agitación psicomotora, náuseas, taquicardia, tasa cardíaca irregular, hipertensión, dolores de cabeza, hiperreflexia, taquipnea, estrechamiento gastrointestinal, sistema inmunológico debilitado, aumento en la ansiedad preexistente y trastornos de la piel. La fatiga y la depresión pueden seguir a una etapa de entusiasmo.
Si el abuso es prolongado puede producirse disfunción eréctil, problemas de corazón, infarto y daño en órganos como el hígado, riñón y pulmones. Cuando se esnifa, las anfetaminas pueden conducir a un empeoramiento de la mucosa de las fosas nasales.
La sobredosis pueda tratarse con clorpromazina.
Efectos psicológicos de las anfetaminas
A niveles terapéuticos, los efectos psicológicos a corto plazo pueden incluir un mayor estado de alerta, euforia, aumento de la concentración, conversación rápida, mayor confianza y sensibilidad social. Si se abusa de las anfetaminas pueden producirse alucinaciones y pérdida de la fase REM del sueño.
El abuso de anfetaminas a largo plazo puede inducir efectos psicológicos que incluyen insomnio, estados mentales similares a la esquizofrenia, agresividad, dependencia con o sin síntomas de abstinencia, irritabilidad, confusión y pánico. El uso crónico y continuo puede conducir a psicosis por anfetamina, que causa ilusiones y paranoia.
Las anfetaminas son muy adictivas y, con el abuso crónico, la tolerancia se desarrolla muy rápidamente. Dejarlas, aunque no supone una amenaza fisiológica, es una experiencia desagradable (con paranoia, depresión, respiración difícil, disforia, fluctuaciones gástricas, dolor y letargia). Esto provoca que los usuarios crónicos tomen de nuevo la sustancia con frecuencia, aumentando la posibilidad de dependencia.
Usos no prescritos de las anfetaminas
Los estudiantes suelen usar las anfetaminas para concentrarse y aumentar el rendimiento en los estudios. Dado que estas sustancias aumentan los niveles de energía, concentración y motivación, permiten estudiar durante un período ampliado de tiempo. A menudo los estudiantes adquieren las anfetaminas por prescripción para el trastorno por déficit de atención más que de forma ilícita.
Las anfetaminas han sido usadas, y lo son todavía, por las fuerzas militares de todo el mundo. Las tropas británicas usaron 72 millones de pastillas de anfetaminas en la segunda guerra mundial, sobre todo para la fuerza aérea. Los pilotos americanos de bombarderos usan las anfetaminas para mantenerse despiertos durante misiones largas.
Otro uso no prescrito se da en el deporte, donde se utiliza para aumentar los niveles de energía. Este uso puede ser muy peligroso, y varios deportistas han muerto debido a ellas. Los camioneros, sobre todo los conductores de largo recorrido, también toman anfetaminas para combatir los síntomas de la somnolencia y aumentar su concentración en la conducción.