El principal tratamiento para la obesidad consiste en la dieta y el ejercicio físico. Los programas de dieta pueden producir pérdida de peso a corto plazo, pero el mantenimiento de esta pérdida de peso suele ser difícil ya que a menudo requiere hacer ejercicio y una dieta baja en calorías de forma permanente como parte del estilo de vida.
Las tasas de éxito de mantenimiento de peso a largo plazo con los cambios de estilo de vida son bajas y van del 2% al 20%. Los cambios en la dieta y el estilo de vida son eficaces para limitar el aumento de peso excesivo durante el embarazo y para mejorar el peso tanto de la madre como del niño.
Uno de los medicamentos, el orlistat (marca comercial Alli, Xenical), está aprobado para su uso a largo plazo. La pérdida de peso con medicamentos, sin embargo, es modesta, con una media de 2,9 kg en 1 a 4 años, y hay poca información sobre cómo estos medicamentos afectan a largo plazo. Su uso se asocia con altas tasas de efectos secundarios gastrointestinales.
El tratamiento más efectivo para la obesidad es la cirugía bariátrica. La cirugía para la obesidad severa se asocia con la pérdida de peso a largo plazo y la disminución de la mortalidad general. Un estudio encontró una pérdida de peso de entre el 14% y el 25% (en función del tipo de procedimiento realizado) a los 10 años, y una reducción del 29% en la mortalidad por cualquier causa, en comparación con los métodos de pérdida de peso estándar. Sin embargo, debido a su coste y al riesgo de complicaciones, los investigadores están buscando otros tratamientos eficaces pero menos invasivos.
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