Kelly Osbourne, la hija de Ozzy, confesó que antes de que empezase la serie The Osbournes ya tomaba drogas y que fue entonces cuando empezó a sentir una presión insoportable por adelgazar. La cantante dijo que, de hecho, sufrió más por su necesidad de perder peso que por drogarse, aunque ambos problemas terminaron por relacionarse. "No estar lo suficientemente delgada no me ayudó en modo alguno a decir no a las drogas", comentaba Kelly Osbourne al periódico The New York Post. "Sufrí más por ser gorda que por drogarme. Ser famosa te puede hacer vivir una existencia horrible, porque no eres lo que tú quieres ser sino lo que los demás quieren que seas. Por eso muchas actrices terminan sufriendo desórdenes alimenticios", finalizaba.
Tras este episodio de su vida pasó una temporada en una clínica de desintoxicación en California tras sufrir diferentes problemas de salud que le hicieron suspender una gira por Europa en 2003.