Las dietas que suelen recomendarse a las personas que sufren de diabetes mellitus son ricas en fibra alimenticia, sobre todo fibra soluble, y bajas en grasa (especialmente en grasas saturadas). También suele aconsejarse reducir el consumo de carbohidratos, que tienen un índice glucémico alto. Sin embargo, en casos de hipoglucemia, se aconseja tener a mano alguna comida o bebida que pueda aumentar la glucosa en sangre rápidamente, seguida de un carbohidrato de acción lenta (como el pan de centeno) para prevenir el riesgo de hipoglucemia adicional.
La Asociación Americana de Diabetes recomendó en 1994 que el 60-70% del consumo calórico de un diabético sea en forma de carbohidratos. Esta es una afirmación un tanto polémica, ya que algunos investigadores afirman que es mejor solo un 40%, mientras que otros inciden en las ventajas de una dieta rica en fibra y con un 75% de carbohidratos.
Los alimentos que contienen sacarosa pueden ser sustituidos por otros hidratos de carbono o, si se ha añadido al plan de comida, cubrirse con insulina u otras medicaciones que bajan la glucosa. Debe evitarse el consumo de energía en exceso. La sacarosa no aumenta la glucemia más que el mismo número de calorías tomadas con el almidón. Aunque no se recomienda usar la fructosa como dulcificante, la fruta no debe evitarse. El consumo de fibra alimenticia junto con carbohidratos es beneficioso, ya que tiene un menor impacto sobre la subida glucémica que si se consumen únicamente los carbohidratos.
Algunos estudios muestran que las dietas bajas en carbohidratos pueden ser eficaces en la planificación alimenticia de la diabetes tipo 2.
El doctor Richard K. Bernstein tiene un plan de dieta muy diferente al expuesto anteriormente. Su plan incluye un consumo muy limitado de carbohidratos (30 gramos por día) junto con la medición frecuente de la glucosa en sangre. Además, para los diabéticos que usan insulina, propone pequeñas inyecciones frecuentes de insulina si es necesario. Su objetivo de tratamiento es "estar cerca del azúcar normal en sangre" todo el tiempo.
Estudios recientes demuestran que una dieta vegetariana estricta también puede ser eficaz para diabéticos tipo 2.
Para las personas con diabetes, la comida sana no es simplemente "lo que uno come", sino también cuándo lo come. La pregunta de cuánto tiempo antes de una comida hay que inyectar la insulina depende del tipo de insulina que se tome, y de si es de acción larga, media o rápida. Si los pacientes comprueban que su glucosa en sangre a la hora de acostarse es baja, es aconsejable que tomen algún carbohidrato de acción lenta antes de irse a la cama, para prevenir la hipoglucemia nocturna.
Hay que tener cuidado con los productos que se comercializan como especiales para diabéticos debido a que pueden contener niveles altos de grasa, y algunos de ellos no confieren ninguna ventaja para las dietas diabéticas. Además, estos productos suelen ser caros.