En términos generales, comer (formalmente se le llama ingerir) es el proceso de consumir cualquier sustancia comestible, es decir, comida, con el propósito de proporcionar las necesidades nutricionales de un animal, y en particular sus requerimientos energéticos. Todos los animales deben comer otros organismos para sobrevivir: los carnívoros comen otros animales, los hervíboros comen plantas y los omnívoros consumen una mezcla de ambos.
El proceso de comer varía de especie a especie. En los humanos, se come introduciéndose la comida en la boca y tragándola, a menudo después de masticarla. Posteriormente la comida tragada se digiere.
La mayoría de las casas tienen una cocina dedicada a la preparación de alimentos y comida, y muchas tienen también un salón comedor u otro área diseñada para comer. Para manipular y servir los alimentos se utilizan platos, cubertería, vasos y una gran variedad de utensilios de cocina. La mayoría de las sociedades tienen también restaurantes y vendedores de comida, de modo que la gente puede comer cuando se encuentra fuera de casa, carece de tiempo para preparar la comida o desea comer de forma social. En ocasiones, comer en sociedad es el principal propósito del encuentro, como sucede en Nochebuena y otras fiestas familiares. En algunos países (como Estados Unidos, por ejemplo), son muy populares las competiciones de comida, en las que se premia a los participantes por comer determinados alimentos en un espacio de tiempo muy corto.
La mayoría de los individuos tienen un modelo regular para la comida diaria, y es común que se coma durante dos o tres veces por día, con aperitivos que consisten de pequeñas cantidades de comida entre esos intervalos. El hecho de comer de forma saludable ha sido desde hace mucho tiempo un asunto de interés para los individuos y culturas. Entre otras prácticas, el ayuno, las dietas y el vegetarianismo son técnicas empleadas por los individuos y recomendadas por las sociedades para incrementar la longevidad y la salud. Algunas religiones promueven el vegetarianismo porque consideran negativo consumir animales. Los principales nutricionistas piensan que en vez de hacer tres comidas abundantes al día es mucho más sano y fácil para el metabolismo comer cinco veces al día pequeñas cantidades de comida; de esta forma se hace mejor la digestión y se facilita el depósito de deshechos en el intestino delgado, mientras que las comidas abundantes hacen trabajar más el tracto digestivo y puede hacer necesario el uso de laxantes.
Fisiológicamente, el acto de comer es disparado por el hambre, pero hay numerosos condicionantes físicos y psicológicos que pueden afectar al apetito y romper los modelos normales de alimentarse. Entre estos condicionantes están la depresión, las alergias a determinados alimentos, la ingestión de ciertas sustancias químicas, la bulimia, la anorexia nerviosa, el mal funcionamiento de la glándula pituitaria y otros problemas endocrinos, así como otras numerosas enfermedades y desórdenes alimenticios.
La carencia crónica de alimentos nutritivos puede causar diversas enfermedades y eventualmente provocar la muerte por inanición; cuando esto sucede en una población o a una escala masiva se le llama hambruna. Si beber y comer no es posible, como a menudo sucede cuando nos estamos recuperando de una cirugía, las alternativas son la nutrición enteral (a través del tracto digestivo) o parenteral (por otras rutas diferentes a la digestiva, generalmente intravenosa).
Algunas personas deciden comer más comida de la necesaria, incluso después de sentirse saciadas. La sobrealimentación puede conducir a la obesidad o a la malnutrición si la comida o sustancia consumida merma los almacenes nutricionales en el cuerpo. La sobrealimentación crónica puede ser un signo del desorden de alimentación compulsiva.
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