Hay una base científica para apoyar la dieta del Paleolítico, sobre todo en lo que se refiere a los beneficios de no consumir cereales y productos lácteos.
El ácido fítico, una sustancia presente en los granos de cereales, es un fuerte quelante de minerales importantes como calcio, magnesio, hierro y zinc. Quelante significa que "ata" a estos minerales, y como los humanos carecen de la enzima digestiva fitasa requerida para romper esta atadura, los minerales citados no son biodisponibles, lo que contribuye a deficiencias minerales. Este problema se incrementa cuando no se dispone de suplementos minerales, como sucede en los países en desarrollo.
Un alto consumo de cereales también provoca una mayor producción de ácido endógeno y eso podría incrementar el riesgo de osteoporosis y otras enfermedades relacionadas con el desequilibrio ácido/base. Además, los cereales también pueden provocar una mayor carga glucémica, lo que aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y otras enfermedades del síndrome metabólico.
Las lectinas presentes en los granos de cereales y legumbres pueden provocar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, mediante un proceso llamado mimetismo molecular (la similitud de estructura compartida por productos de genes diferentes).
La leche y los productos lácteos no fueron consumidos hasta después de la revolución agrícola, es decir, hasta que se domesticó a los animales productores de leche. La tolerancia a la lactosa es probablemente el cambio evolutivo más reciente en los humanos, un fenómeno único en la humanidad; evolucionó de forma independiente en varias regiones pero no es un rasgo universal del hombre moderno (aunque los productos lácteos fermentados tienden a ser más fácilmente digeribles que los no fermentados).
Los productos lácteos han sido muy valorados en la historia (en tiempos posteriores a la revolución agrícola) como una fuente barata y accesible de proteínas, en particular en Europa, Oriente Medio y la India. Sin embargo, estos lácteos pueden estar relacionados con una variedad de enfermedades, incluyendo la diabetes tipo 1, el cáncer de próstata, la esclerosis múltiple y la enfermedad de Crohn. También pueden influir en la diabetes tipo 2, ya que la leche, el yogur y el requesón tienen bajos índices glucémicos pero son muy insulinotróficos, con un índice de insulina similar al del pan blanco.
Editor: GFDL, v.o., CC BY-SA 3.0 Muydelgada.com, 2015.
Dieta del Paleolítico: Alimentos, Fuentes y preparación, Beneficios, Base científica, Crítica, Riesgos.